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NOTICIA DE UNA OLVIDADA : MARGARITA FERRERAS

Nacida en un pueblo de Zamora en 1900, Margarita Ferreras está pronto en Madrid y se caracteriza por ser lo que se llamó una moderna.  Acaso la vida –conocida, hay mucha sombra- de Margarita parece moverse en dos ejes, su amor por la literatura y el erotismo. Conoció muy temprano al singular y atrevido Álvaro Retana, novelista galante y 220e5f97a76e01bcc3cc1c09e4bf00adhomosexual  y es posible que trabajara en algún espectáculo erótico y tuviera amores con gente adinerada, como el infante de España, Fernando de Baviera, primo del Rey, al que durante mucho tiempo reclamo dinero que según ella le adeudaba, sin conseguirlo. Así se explica que a fines de los años 20 viviera en una casa cara y con aparente desahogo económico. De otro lado Margarita frecuentaba los círculos feministas intelectuales más notorios de la época, como el “Lyceum Club” o la Residencia de señoritas  que llevaba María de Maeztu, a la que arc_235706_gescribe.  Amiga o conocida de Ernestina de Champourcin, Josefina de la Torre o Maruja Mallo, amistó con Concha Méndez y  Manuel Altolaguirre que, en 1932, editaron en su prestigiosa colección el único libro de Margarita Ferreras, “Pez en la tierra”, libro de claras resonancias eróticas y avanzadas, cuya primera parte (la mejor) dedicó a Juan Ramón Jiménez, al que llegó a conocer. La segunda parte, aunque de indudable calidad, consta de poemas más paisajísticos, con algún eco postmodernista todavía. Y en la reedición que ha hecho este año  Torremozas margarita-ferreras-490x578–con estudio preliminar de Fran Garcerá- se incluyen unos romances de claro tinte lorquiano. Sin duda es la primera parte de “Pez en la tierra” (28 poemas) lo mejor y más nuevo y atrevido de una mujer que creyó en las letras y en su cuerpo. El libro –para unirlo más a su tiempo mejor- lleva un prólogo del novelista Benjamín Jarnés, que según Francisco Ayala en sus memorias, estaba un tanto enamorado de Margarita. Poco antes de la guerra, nuestra dama comienza a sufrir algún tipo de trastorno nervioso o mental, y se conservan unas cartas o breves misivas que envía a Unamuno, pidiéndole hablar con él, con mucha necesidad. No consta que el Rector salmantino contestase. En 1937, Altolaguirre se encuentra a Margarita en la calle, en Valencia,  “despeinada y mostrando desgarrados sus antiguos vestidos”. Estaba mal. Pese a todo sabemos que en 1940 está en una humilde pensión en Madrid.  Hay constancia de que sola y perdida, aún vivía en 1964, pero no hay más noticias.  Aunque algunos la creen en el extranjero, parece que volvió a Zamora, donde recibe un auxilio de4350d839b9fd0b53edc775c19eee18fela Junta Provincial de Beneficencia… La modernidad (y todo) ha llegado a su fin. “Y deseo la muerte/por amor a la vida.” Esa mujer que escribió también: “¡Cómo acelera sus latidos el corazón salvaje!”.  El raro malditismo de una moderna…


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