“SONETOS” DE SHAKESPEARE
Los “Sonetos” (Sonnets) -154, escritos en la distribución elisabetiana de la estrofa, tres cuartetos y un pareado- se consideran la obra lírica fundamental del enorme dramaturgo que fue el nunca bien conocido William Shakespeare. Se supone que fueron escritos muy a fines del siglo XVI, de ahí su tono esencialmente manierista en poemas que, en variados registros, son amorosos. Pero la primera edición es de 1609, y en ella el editor Thorpe puso una dedicatoria, indicando que un tal “Mr. W. H.” era el “único inspirador” de esos sonetos. Las cábalas sobre la identidad de ese joven -en los sonetos es joven- van desde nobles que protegieron a Shakespeare (Henry Wriothesley, conde de Southampton es el más creíble o William Herbert, conde de Pembroke) hasta un actor que hacía papeles femeninos en el teatro de la época, Willie Hughes -en quien se basa el relato/ensayo de Oscar Wilde, “El retrato de Mr.W.H.”- pero sobre quien faltan datos. Como fuere -no dejarán de correr teorías- es obvio que muchos de los sonetos hablan del amor o la admiración de un hombre por otro más joven. Unos mejores que otros, es normal, los 154 “Sonetos” son una obra maestra de la lírica camino del Barroco.
Al español (en España y América) se han traducido innúmeras veces, en prosa, en metro y rima o poéticamente en versos más o menos blancos. Hay traducciones atadas al original y otras algo más libres (recordemos entre muchos, Astrana Marín, Mujica Láinez, García Calvo, Rivero Taravillo…) Yo acabo de releer -bilingüe siempre- la versión del poeta José María Álvarez -segunda edición- que está llena de poesía. Para ciertos puristas, la traducción de Álvarez puede tender a libre, pero es bella, lírica y fiel a lo esencial y a la poesía. Una traducción literal -pensemos- siempre es mala. Lean los “Sonetos” de Shakespeare en la lírica de Álvarez (Pre-Textos) que seguro les encantará. “Harto del espectáculo del mundo, dejarlo yo quisiera/ si al morir no dejase también al que yo amo.”
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