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Séraphine. Pintora naif, caso clínico y singular.

Algo tarde (pues el libro salió hace más de un año, pero es altamente recomendable) he leído la biografía/ estudio que Alain Vircondelet hizo sobre una singular mujer campesina y pobre, Séraphine Louis (1864-1942) solitaria, huérfana, humilde, mujer de la limpieza en una época en que eso era realmente un oficio servil. Durante veinte años, Séraphine estuvo como sirvienta en un convento de monjas en Senlis, por lo que se la conoce como Séraphine de Senlis, pues es la ciudad francesa, no muy lejos de París, donde vivió casi toda su triste vida. Casi analfabeta, con un imaginario religioso primitivo forjado entre monjas beatas, Séraphine fue acumulando en su vida (siempre pobre) dolor, resentimiento, esperanzas religiosas, sueños de un vano amor perdido, y de pronto -poco antes de 1920- se puso a pintar con anhelo, con ansia, con desesperación. Era una pintura floral, medio mágica, que tiene algo que ver con las vidrieras de las catedrales y mucho con una singular y misteriosa fuerza entre sacra y doliente, que esa mujer rústica y de manos bastas, sacó prodigiosamente de sí, de su dolor, sus ansias y sus carencias. Fue descubierta (porque iba a limpiar su casa en Senlis) por el marchante y crítico Willhem Udhe, alemán y homosexual, pero muy vinculado a la vanguardia francesa, entre otras cosas más, por haber sido el descubridor del Aduanero Rousseau. Udhe se cuidó de Séraphine y compró muchos de sus cuadros, parte (pequeña) de los que se han salvado. A partir de 1932, la aventura pictórica de Séraphine de Senlis concluyó, porque el dolor y el desorden pudieron con ella. Vivió en un psiquiátrico, al principio ayudada por Udhe, luego abandonada a su peor suerte porque aquella solitaria, de quien se habían burlado, ni tenía familia ni conocía a nadie. Murió, durante la ocupación alemana, en circunstancias terribles y desoladoras y la echaron a la fosa común. Tras la catástrofe aparecieron algunos de sus cuadros, hermosos, fulgurantes, enigmáticos. A André Breton le entusiasmaron, aunque nunca conoció a la autora. Séraphine de Senlis (un destino trágico donde los haya)  aún no ha sido en verdad redescubierta ni bien valorada. El libro de Vircondelet podría ayudar y es muy interesante. Lo editó en español Editorial Elba de Barcelona. La portada muestra una foto de la autora (una mujer de mediana edad, muy rústica, pintando) pero es lástima que no hubiera ni una ilustración de su obra. Es fundamental ver los cuadros. Un destino trágico y duro, en verdad. 


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