“REVELACIONES DE LA MAESTRA DEL ARCO” DE JAVIER VELA
Ha publicado Pre-Textos el último libro en prosa de Javier Vela (40 años ahora) entiendo que ya no “poeta joven”, supongo que sería absurdo, pero a quien yo conocí como tal, el libro se titula “Revelaciones de la maestra del arco”. Creo que traté primero al joven Vela, cuando ganó en 2009 el premio Loewe a la Creación Joven, con el libro “Imaginario”, que editó Visor. Yo era miembro de ese jurado. Nunca he sido amigo de Javier Vela -no se han dado las circunstancias- pero siempre que nos hemos cruzado, la relación ha sido muy cordial. Dejo claro que he seguido bastante -y en general con aprecio y gusto- la producción lírica de Vela, hasta “Fábula” de 2017, pero menos (bastante menos) su muy diversa labor en prosa. Alguien -el mundo de la literatura abunda en estos chismes- me ha dicho afeándolo que Javier Vela es un “ganapremios”, porque tiene bastantes, de todo signo, y ha debido presentarse a más. Es cierto que la acumulación de premios nunca ha gustado, pero me parece que hoy -cuando yo era joven no era igual- debe tener mucho que ver con las claras dificultades de un escritor para vivir de la pluma (antes era algo más fácil) y entiendo que, en senda tal, los premios ayudan. Alguna novela, aforismos, textos diversos, en ese camino suyo que conozco peor, me llega -y lo he leído con gusto- este “Revelaciones de la maestra del arco”, un libro de tema japonés, una feliz “japonería”, escrita en sucesión de fragmentos. El tema central (que recorre en trozos todo el libro) son las relaciones y enseñanzas de Naoko, una maestra del tiro con arco japonés, el “kyudó” (el camino del arco, como el “kendo” es el camino de la espada) a una discípula, Hitomi, experta en el tiro con arco occidental, pero que aprenderá que el tiro con arco (el “kyudó”) es una experiencia mental, en buena parte taoísta o zenista, como tantas cosas del Japón tradicional, y no un mero adiestramiento deportivo. Pero si el relato, a trozos, de esa relación pupilar, ocupa todo el libro, me atrevo a decir que no es lo mejor de él ni lo más significativo. Lo más atractivo del agradable volumen de Vela, es el conjunto de citas, referencias, imágenes y notas sobre la poesía y la cultura del milenario Japón tradicional (hasta la restauración Meiji en 1868) que colman el no grueso volumen. Poemas, pensamientos, poetisas, reflexiones, budismo, herencia china, por supuesto Sei Shonagon y su “Libro de la almohada” -refinadas anotaciones- o Murasaki Shikibu y otras damas diaristas (o novelistas) de la corte Heian, además del muy posterior Bashó y los maestros del haiku, más algún poema chino o las reflexiones de los sabios que huyen del mundo transitorio, como Kamo no Chómei en sus “Pensamientos desde mi cabaña” o Yoshida Kenkó en “Ensayos sobre la pereza”. Además, dos o tres veces, hay listas de nombres, japoneses en su mayor parte, a las que sólo logro ver un papel decorativo. Muchos de estos libros (casi todos ya, por fortuna) se pueden leer en español, pero hace treinta años o más -de no saber japonés- los leías, yo los leí (estudiante de chino) en francés o inglés. Quiero decir que el atractivo libro sobre arquería mental de Javier Vela (que me gusta) será ilegible para quienes nada saben del Japón tradicional, pero no deja de ser bastante sabido, poco nuevo -salvo su peculiar amalgama de citas- para los que sí sabemos algo de ese mundo que siempre nos tentó. Recomiendo el libro de Vela, que es mucho y es poco a la vez, pero que invita al fascinante mundo de la gran tradición japonesa, cultura china reelaborada de una manera del todo singular, y siempre el hacer sin hacer… “Quiero asirla./Dice que no/ la escarcha.” Haiku de Bashó (no está en el libro) en la versión de José Emilio Pacheco.
(Bonito libro de Javier Vela, que sorprenderá, aunque no hay mucha sorpresa).
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