NAVIDADES
La Navidad en sí (25 de diciembre) ya ha pasado. Pero la mayoría sigue considerando este período esencialmente festivo como “Navidades”. Yo no soy católico ni cristiano, y por tanto no debieran incumbirme mucho esas tales Navidades, pero es imposible no ver la sociedad masificada y en general obtusa que me rodea, y su navideño clamor de Navidades… No me gusta nada en absoluto. Pero me gustó mucho de niño (otro siglo, otro mundo) cuando las Navidades aún no eran mero calco anglosajón, y cuando (muy leve) el consumismo apenas asomaba la cabeza… Los Reyes Magos (una tradición muy española) apenas es un vago remedo de lo que fue. Pero queda comprar, regalar, consumir -dinero- y divertirse un poco a lo bestia y con botellón de Año Viejo. Yo no celebro las Navidades, así es que ruego encarecidamente a quienes me las felicitaron que excusen mi escueto acuse de recibo. Sí me gusta desear feliz año nuevo 2018, pero en el fondo creo que a quienes quieres o estimas, les deseas todo lo mejor y toda felicidad no sólo en Navidades o Año Nuevo, sino en cualquier momento y siempre. Felicidades, pues, para todos. Buen 2018. Y que se pase pronto la resaca de las Navidades, y ese mundo cada vez más materialista y vulgar que representan. He dicho que no soy católico ni cristiano, pero tampoco ateo. Las Navidades no son esta grita verbenera. Horacio: “Multitudo non est sequenda”. No se debe seguir a la multitud. No hacer lo que hacen todos. ¡Abajo las Navidades y la burda copia anglosajona con renos y trineos que no existen en estas latitudes, y mucho menos en la evangélica Palestina! ¿Qué Navidades?(Las Saturnalia? Pero no en masa o en un recinto en que te cacheen para entrar…)
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