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MEMORIA DE WILL MORE

Como quizá le hubiera gustado, yo me enteré ayer de la muerte de Will More (para la gran mayoría uno de los protagonistas de la mítica “Arrebato” de Iván Zulueta en 1980) ayer, pero ocurrió el pasado día 10 de agosto. A Will More le gustaba todo lo suyo rodeado de leyendas brumosas. Creo que murió en Madrid -donde vivió casi toda su vida- pero se decía que andaba fantasmal por Miami… Will More fue un fuerte mito local de moderno extremo, en el Madrid de la Transición y en el de la Movida, que no son el mismo, en absoluto. Lo conocí en 1974 cuando yo empezaba mi vida nocturna, en aquel mítico Pub Santa Bárbara, lleno de progres y modernos. Will More, delgado, más bien alto, pelo largo, atractivo, poniendo siempre aire de duro o de “chico malo”, era uno de los más modernos, con botines, camisetas, y ceñidos pantalones hechos, por ejemplo, con tela como de piel de leopardo. Desde entonces hasta 1993 -que es cuando medio desaparece- vi a Will More muchas veces y lo traté sobre todo al principio. Will More, hijo de una familia bien algo venida a menos, de Guipúzcoa y Navarra, se llamaba Joaquín Alonso-Colmenares y era hijo de un general creo que ya retirado, pero en los 70 vivía en la casa paterna (obvio que muy libre) en un callejón cerca de General Mola/ Príncipe de Vergara. Lo traté sobre todo, en un ámbito gay y marginal con Leopoldo María Panero. Un día fuimos a casa de este, en la calle Ibiza, con tres jóvenes muy guapos, y el que iba con Will More era algo afeminado y se hacía llamar “la Garland”. Al entrar al portal, Will More, haciendo gusto de su voluntad de apariencia dura, le dijo al chico: “Te voy a echar un polvo que te voy a matar”. Pero el otro, pizpireto, contestó feliz, “Me vas a echar un polvo que me vas a dejar nueva.” Will More, creo, nació en San Sebastián en diciembre de 1949. Nunca le oí hablar de vascos. Murió en Madrid el 10 de agosto de 2017, supongo que muy deteriorado por la larga adicción a la heroína. La última breve grabación que hay de él (2014) parece ya casi irreconocible. Participó en muchos cortos y papeles fugaces, empezando por “Mi ego está en Babia”, un super 8 de Zulueta en 1975. Pero su gran y único papel notorio es “Arrebato”. Will More no quería ser un actor -podría haberlo sido- sino un personaje. Me contaba que hacía de gigoló de lujo con millonarios que lo llevaban al Cairo de entonces, nunca se sabía bien donde empezaba la verdad y el automito. Se unió al trío Iván Zulueta, Eusebio Poncela y Marisa Paredes, que ya jugueteaban con la heroína antes del gran deterioro y caída de esa droga en el lumpen -el jaco- entonces y brevemente una droga de “prestigio”. Cuando ya casi no aparecía y andaba en horas bajas, estaba con un chico -Paco- que había estado conmigo tiempo atrás, y que entonces hizo ocasionalmente de chapero por sacar dinero para Will More. A mí me pidió, y en recuerdo de otro tiempo, se lo di. Paco murió muy pocos años después de sobredosis, Está en mi novela “Chicos”. Hacía años que no veía a Will More y sólo, muy de tarde en tarde, oía algo de su leyenda, incluyendo que había muerto. Cosa que creía o decía Leopoldo Panero también. Leyenda de joven atractivo, moderno y transgresor, Will More fue una imagen exacta de un lado salvaje de los pasados 70/80. Ha muerto con 67 años, y por las últimas y raras imágenes, parece que muy deteriorado. Por eso en parte -imagino- su magia era no dejarse ver. Lo consiguió muchísimos años. Pero ahí queda la leyenda que siempre cultivó. ¡Chao, Will More!


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