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GRECIA, GRECIA

(Este artículo se publicó en El Norte de Castilla)

Alguien ha dicho estos días tan griegos que, pase lo que pase, Europa tiene tema y problema griego para rato. Porque lleva dos rescates y necesitaría un tercero al que pocos están dispuestos. En Alemania muchos periódicos (no sólo de derechas) piden que Grecia deje de mendigar, vamos, que se vaya del euro y no grave más al contribuyente germano. Suena terrible y lo es –por el pueblo griego, digno de lástima- pero se olvidan los motivos, los orígenes de lo que sucede, se olvida la historia, que importa mucho. Hace cerca de diez años (cuando llegó al poder el socialista Papandreu) se percató y lo dijo, pero sin señalar culpables, que las finanzas griegas que su gobierno había hallado, eran un completo desastre. Grecia se comportaba como un país rico y era pobre. Las cuentas que enviaba a Bruselas para su supervisión estaban trucadas o falseadas. Ahí (hace unos diez años) se evidenció la profunda crisis griega. Que yo sepa no se buscaron culpables. Al gobierno socialista le siguió otro conservador –el de Samarás- y a este el de Tsipras (más izquierda) pero la realidad, ciertamente dura, es que todos han seguido gastando el dinero de los rescates europeos y nadie ha arreglado nada o casi nada. Algunos echan la culpa a las pasadas Olimpíadas de Atenas, donde acaso el estado  gastó lo que ya no tenía… Como sea Grecia no levanta cabeza y no lo hará con una varita mágica ni queriendo dejar de pagar, aunque esos pagos debieran flexibilizarse al máximo. El problema griego tiene un fondo que pocos conocen, y que dista mucho de ser un mero enfrentamiento entre Merkel y Tsipras. Eso es sólo el último capítulo, por ahora.

Quizás algo nos aclare saber que la Grecia moderna (la Grecia que se independiza por fases del Imperio otomano) nunca ha estado ausente de problemas de toda índole. Entre 1827 y 1832 se crea la I República Griega, con Kapodistrias como presidente; el territorio de Grecia (únicamente continental) era menos de la mitad del que es hoy. Kapodistrias fue asesinado, y las potencias europeas instalaron la monarquía en Grecia con un rey alemán, Otón I, de la casa de Wittelsbach. Se sucederán repúblicas y monarquías (siempre con reyes de origen nórdico) y otros problemas de identidad. Muchos griegos soñaban rehacer la Grecia clásica, pero no fue posible. La gente hablaba (habla) un griego muy evolucionado que se conoce como “demótico”, mientras que el poder hasta no hace mucho usaba una lengua artificiosa y clasicizante llamada “katharévusa” o sea “purificada”. El pueblo llano la entendía muy mal, pero cuando en 1901 se tradujo el Evangelio al demótico, se produjo un alzamiento. Grecia  -la moderna, no la antigua- ha dudado de sus fronteras, de su nivel lingüístico y de sus políticos. Se ha peleado con los turcos que en 1922 echaron de Turquía a unos dos millones de griegos. Y la Alemania hitleriana invadió Grecia.  Las islas jónicas solo son griegas desde 1862 y como regalo de Gran Bretaña al nuevo rey Jorge I. Grecia tiene muchos problemas. Ahora vive la mala gestión económica. Grecia, quizá, todavía se está formando…

 

 


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