Filippo de Pisis, refinadísimo personaje y pintor.
En el recorrido que venimos haciendo (y que son notas para un libro futuro) sobre pintores notables que se han detenido en el desnudo masculino joven, miro hoy al extravagante Filippo de Pisis (1896-1956). Nacido en Ferrara en un familia noble -los Tibertelli de Pisis-vivió en viejos palacios y tuvo una educación artística casi autodidacta, estudiando Humanidades en Bolonia. De Pisis fue también poeta y notable, querido de Montale. Y de hecho su primera obra fue un libro de poemas, “Canto de la Croara” de 1916. Moderno, vanguardista y metafísico al inicio en Roma – a donde fue en 1919- allí conoce a los metafísicos de la pintura del momento: Giorgio De Chirico, su hermano Alberto Savinio y Carlo Carrà. Ahí empiezan sus pinturas figurativas pero con sueños, como la famosa
barra de pan vertical, como en un caballete… Homosexual al principio incógnito, de Pisis se enamoró de un muchacho llamado Berto,
que lo trajo a mal traer. El pintor entonces (hacia 1925) se fue a París que era la capital de todo. Allí pintó, escribió y dio y asistió a fiestas muy mundanas y muy libres. Su pintura conoce el surrealismo y la metafísica, como he dicho, pero se va además hacia los bodegones y los desnudos de muchachos, en un arte neoimpresionista, sumamente
emotivo y delicado. Ahí está su veta homoerótica, como sus imágenes de Venecia, a donde acudía con frecuencia. En 1939 tiene que dejar París por la guerra (era italiano) y se ubica en Milán donde sigue su vida estrafalaria y dandi. Tiene como mascota a un loro muy colorista llamado “Coco”. Posee tres gondoleros personales -muy guapos- y en Venecia es uno de los pocos que sólo usa góndola. En 1945 -al acabar la contienda- da una gran fiesta con multitud de chicos muy bellos, desnudos, sólo con ristras de véneras en la cintura… Es un gran escándalo y llega la policía. Pero nada era muy grave. Lo peor para De Pisis empezó en 1947 con fuertes depresiones y crisis maníaco-depresivas que lo fueron hundiendo personalmente, además de pasar por varias clínicas. Pero siguió
pintando. Murió en Milán. Hoy existe un notable museo Filippo de Pisis en Ferrara. Su primera gran retrospectiva (naturalmente había expuesto muchas veces , desde la primera en Roma en 1920 en la Galería Bragaglia) fue en la Mostra de Venezia de 1948, que lo consagró.
Dicen que no tuvo el premio de honor por los chismes que corrían sobre su vida sexual u homosexual. Delicado, refinado, exquisito, Luigi Filippo Tibertelli de Pisis (Filippo de Pisis) es un
extraordinario pintor de la primera mitad del siglo XX, lo que es decir muchísimo.
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