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En la flor del malditismo, el fotógrafo Mark Morrisroe.

Debo el conocimiento de este singular personaje, testigo-clave de su tiempo joven, a un joven poeta amigo: Nacho Vleming.  Mark Morrisroe (1959-1989) era hijo de una drogadicta y nació en un barrio pobre de Malden -Massachusetts- Con 17 años se escapó de casa para dedicarse a la prostitución, con el nombre de Mark Dirt. Con el tiempo editaría una revista claramente “punk” llamada “Dirt”. (Obviamente juega con “dirty”, sucio. “Dirt” significa ya “Suciedad”.) Pese a todo, estudió en la Escuela de Bellas Artes de Boston, pero su mundo fue siempre, voluntariamente, la marginación, la droga y el sexo. Era homosexual y promiscuo… Un tiempo estuvo liado con el también fotógrafo Jack Pierson. Murió de sida, apenas cumplidos los 30 años en Nueva Jersey. Su nuevo realismo fotográfico tiene que ver con las instantáneas de ese mundo “punk” que, con muchas variantes, fue el suyo. Y, por supuesto, con la plasmación de la homosexualidad, el travestismo, la enfemedad o la violencia (un cliente loco le disparó un tiro y la bala, un tanto milagrosamente, se le quedó alojada  junto a la columna vertebral) y el sexo de chaperos y drogotas.  Su fotografía experimenta, pero ante todo quiere ser un documento interno de homosexualismo y transgresión. Su primera exposición importante fue en 1985 en la galería Pat Fleam de NY. Estaba en la exposición, comisariada por Robert Mapplethorpe -artista con quien se le puede, en algún punto, vincular- “Split Vision” en 1986.  Creo que es difícil hallar a un artista inconforme y rebelde tan claro como Morrisroe dando testimonio con obra y vida, Cumplió, como pocos, aquello de “vive deprisa, muere joven…” etc… El sida (pobre Mark) no deja hermosos cadáveres. Pero el testimonio de su tiempo en su vivir, es sobrecogedor.  Él aparece en casi todas sus fotos…  


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