ADIÓS ETERNO AL VIEJO “BLACK & WHITE”
Aunque la gente lo llamaba siempre “Blanco y Negro” (al revés del original) Black & White llevaba más de 30 años siendo un icono del mundo gay de Chueca en Madrid- Un discobar (la disco, no muy grande, en el piso de abajo) y arriba toda la variedad del mundo de los chicos y del nocturnerío, golfo o santo… El bar lo tomó Jose Barbarroja (antiguo encargado) al morir Félix que era el dueño del local y al que yo traté. Era un hombre muy cordial. La viuda y las hijas de Félix son por tanto las dueñas del establecimiento, alquilado después. En sus largos buenos tiempos fue un lugar espléndido de la noche, y por allí pasó la gente más famosa del artisteo y de la cultura. Había también un rato con espectáculo de travestis. Y chicos, venales o no, muy 
guapos. Pasado ese mundo mago desde el inicio de la crisis, más o menos los dos últimos años fueron muy decaídos. Yo (que ya iba muy poco) me pregunté un sábado noche en que no éramos más de seis personas, si aquel local grande y con mucha luz y varios empleados, no tendría ya más gastos que ganancias… No me extrañó por tanto saber (sobre marzo de 2017) que el bar, el Black &White, había cerrado. Lo sentí porque fui mucho en los 90 y lo pasé muy bien, pero todo acaba. Ahora -al volver de Colombia- unos conocidos gays me dijeron que lo habían reabierto (otros encargados, otro personal) pero que en absoluto parecía lo mismo, aparte de que abrieran más tarde. Me llevaron una noche a que mirara un poco de lado, porque si les había extrañado que un bar llevado por travestis (y en Chueca) solo admitiera parejas heterosexuales, también les extrañó la tosquedad y zafiedad de los porteros, aunque me temo que eso sea un mal amplio… El caso es que a mis amigos -dos chicos gays 
de unos 30 años- no los dejaron entrar diciéndoles que tenían que ir con una chica. Me pareció alucinante ¡y en Chueca!. Discriminación contra los chicos gays por porteros y travestis encargados. Políticamente incorrecto como mínimo y nada elegante. No lo dudo, Black &White ha muerto del todo y ahora le dan la puntilla. Uno puede poner el negocio que quiera, y por supuesto una discoteca heterosexual con espectáculo de travestis, pero no negar la entrada a chicos solos. Y menos deteriorando y destruyendo la memoria colectiva de un lugar que fue, durante décadas, uno de los iconos gays de Madrid y que muchos foráneos venían a ver. A mí ya me da igual, pero lo encuentro mal. Muy torpe. Al menos usen otro nombre, que ese estaba ocupado y gastado, por más señas.
¡Adiós, viejo Black & White, ya no existes! RIP
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