Decadencias
VIDA DE KAVAFIS
Constantino Cavafis (1863-1933) fue el poeta que hizo conocer al mundo que Grecia y el helenismo no se habían acabado con Bizancio. Existe una fértil literatura neogriega, pero diría –más allá de Seferis, de Elitis, de Kikí Dimulá o de Kazantsakis- que Cavafis, un poeta excepcional, puso a la nueva Hélade en las letras del mundo. Y eso que mientras vivió no publicó ni un solo libro. Sólo hojas sueltas (“feuilles volantes”) y algún cuadernito, cuya tirada nunca llegó a los 300 ejemplares… Pero Alejandría supo que aquel hombre solitario y raro –guardaba su esencial homosexualidad- era el “poeta de la ciudad” como le llamó Lawrence Durrell oel personaje singular que retrató antes E. M. Forster… Cavafis (un anticipado moderno, sin alharacas) logró exquisitos poemas morales y eróticos, llenos de sabiduría y de técnica pero que están muy elaborados y crean la poesía coloquial –o sea muy literaria- mejor que se ha hecho nunca… ¿Cómo olvidar“Itaca”, “Esperando a los bárbaros” o “El dios abandona a Antonio”? Ese admirable poema que Cernuda llegó a conocer, sorprendido, traducido al inglés, procede de una anécdota que Plutarco narra en su vida de Marco Antonio, que se creía favorito del dios Dionisos. Pero sobre ese hecho Cavafis levanta la lección moral de aprender a perder y asimilar los reveses de la vida: “Como preparado desde tiempo atrás, como valiente (…) dile adiós a la Alejandría queasí pierdes” Quien lo leyó no lo olvida jamás.
Cavafis está felizmente muy traducido al español, aunque nos movemos entre la fiel traducción académica de Pedro Bádenas y la algo menos fiel pero más literaria de José María Álvarez. Tampoco en nuestra América han faltado los neohelenistas cavafianos, y ahora uno de los más notables, el chileno Miguel Castillo Didier, nos entrega una nueva, rica y muy informada “Vida de Kavafis” (sigue la duda entre la C y la K) publicada por la Universidad Diego Portales de Chile, pero que llegará aquí como me ha llegado a mí un ejemplar. La biografía clásica de Cavafis la escribió el inglés Robert Liddell en 1974 y lleva años traducida a nuestra lengua… ¿Se puede decir y saber más de lo que allí se relataba? Castillo Didier demuestra que sí, y lo hace lleno de información y gusto. De la vida erótica de Cavafis seguimos sabiendo poco, porque sus amores (muchos venales) los guardó para él y para sus poemas, pero con este libro conocemos más, mucho más y mejor de Constantino Cavafis Fotiadis. Su madre, Jariclía Fotiadis, pertenecía a una familia fanariota de Constantinopla, la aristocracia griega –acaso venida a menos- de los griegos de la Polis, como llamaron siempre a Constantinopla. El orbe griego está marcado por Atenas, Constantinopla y Alejandría. Las dos últimas hoy en países musulmanes. La casa de Cavafis en Alejandría (antigua rue Lepsius) se puede visitar (depende de la Embajada griega) como su tumba en el gran cementerio griego de Chatby. Pero –me temo, querido Castillo Didier- que todo lo demás ha desaparecido. Alejandría es ya literatura asimismo, como la casa de Cavafis que nunca tuvo teléfono ni luz eléctrica- Créanme, Cavafis es uno de los grandes poetas del siglo XX, refinado,culto y directo. Y el libro que les recomiendo un excelente trabajo en nuestro idioma.
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