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Recuerdo a Simeon Solomon, un maldito

Simeon Solomon  (Londres, 1840-1905) fue hijo de una destacada familia de comerciantes judíos en Gran Bretaña, guiada por su padre Meyer Solomon. Pero él mostró siempre gran interés por el arte y la estética. Estudió pintura, y llegó a ser uno de los prerrafaelistas más notables, cerca de Dante Gabriel Rossetti o de Edward Burne-Jones. Su estilo es menos sólido, pero más delicuescente y ambiguo. Entre sus amigos estuvo el poeta Swinburne y más tarde Oscar Wilde. Los temas , a menudo algo oníricos y melancólicos de Solomon, ensalzan la belleza andrógina de los muchachos y los amores tristes o desolados, acaso porque como diría en un verso Lord Alfred Douglas, “no se atreven a decir su nombre”. También le interesó la Iglesia ortodoxa griega, más misteriosa. Homosexual, Solomon expuso con gran éxito entre 1858 y 1872, fechas en las que caben sus más importantes trabajos. En 1873, la policía lo detuvo en un mingitorio público de Londres, junto a un amigo mayor, llamado George Roberts. Ambos buscaban en lo oscuro… En el juicio de la severidad victoriana se les condenó a ambos a dieciocho meses de trabajos forzados, por “conducta indecente e intento de sodomía”. Finalmente ese castigo fue conmutado por dieciocho meses bajo vigilancia policial. Era el caso Wilde antes de Wilde, menos llamativo (Solomon no era tan famoso) pero igualmente desolador. Perdió Solomon a casi todos sus amigos y se le cerraron por indecente todas las puertas. Apenas pintaba ya, no podía. A fines de 1874 se fue a París donde vivió miserable y bohemio. En 1885 volvió a Londres empobrecido, avejentado y alcohólico y fue ocasionalmente acogido en casas de caridad. Ya no podía pintar en absoluto, se contentaba con hacercaricaturas por las calles, esperando alguna moneda. Sabemos que en su despacho de Tite Street, Wilde tenía un cuadro de su amigo Solomon. Cuando en la primavera de 1895 (ya condenado Wilde) sus bienes se subastaron de mala manera y por cuatro céntimos, el cuadro desapareció. Yo dije en una conferencia que ese cuadro debía ser la hermosa cabeza de Baco, que es una de las obras más bellas (y con menosmelancolía) del desdichado Solomon. Murió alcoholizado, destruido y olvidado en 1905 y está enterrado en el cementerio judío de Willesden. Tras muchos, muchos años de olvido o desdén, hoy se le estudia y se reconoce su singularidad e importancia. En la Tate londinense hay varios cuadros y dibujos suyos, siempre de suave, rara y fascinante belleza.  Es bueno recordarlo y conocerlo.  En homenaje.  


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