PERUCHO, INSÓLITO Y CERCANO
(Este artículo se publicó el sábado en el suplemento literario de El Norte de Castilla)
Joan Perucho. “De lo maravilloso y lo real” (Antología). Introducción y selección Mercedes Monmany. Fundación Banco Santander. Madrid, 2014. 406 págs.
No es raro que la tristeza (una cierta tristeza) se mezcle con la alegría. Lo digo porque nohace tanto que falta Joan Perucho (1920-2003) y ya rescata una selección de sus escritos una bella colección que –aunque no sólo- parece noblemente ideada para ayudar a sacar de cierto olvido a quienes cayeron en él y no lo merecen… Yo conocí a Juan Perucho (era Joan y era Juan) ya mayor pero lleno de vitalidad y de libros, pues además de escritor, era gran bibliófilo y había sido juez. En
Gandesa, en la postguerra. Perucho murió con 82 años y aunque escribió esencialmente en catalán era enseguida traducido al castellano (a menudo él reescribía su propia obra) por lo que siempre sonó a escritor bilingüe y desde luego muy ajeno al nacionalismo. Empezó en los años 40 como poeta, parte de su obra acaso buenamente menor que no recoge esta bien hecha antología. Perucho fue novelista y narrador y (si se me permite) periodista de temas insólitos, porque a él le gustaba lo raro y lo maravilloso y en muchos aspectos –pero sin coincidir- se adelantó al famoso “realismo mágico”. Sólo que su magia y sus botánicas y sus espejos y sus extraños caballeros (reales o inventados) eran siempre muy culturalistas,
siempre libros y seres librescos en su gran y secreto vitalismo, lo que le unía mucho más con su amigo Álvaro Cunqueiro que, digamos, con Gabriel García Márquez.
Mercedes Monmany, la autora de la selección, ha dispuesto casi exhaustivamente los compartimentos de la obra de Perucho, de la que ofrece relatos y artículos. Informa nombrar esos compartimentos: Historias apócrifas y relatos fantásticos , como “Nicéforas y el grifo” o “La heráldica de los caballeros de Armenia”. Eruditos de lo maravilloso, así “Noticia del doctor Thebussem” –un personaje real, muy culto- o “Rocambole y Toledo”, del que vale ya el título. Brujos, magos, fantasmas y ocultistas, como “El diablear de los diablos” o “Bajo la sombra del Barón Corvo”, otro rarísimo y heterodoxo personaje británico que murió indigente en Venecia en 1913. Uno se dice (se dijo) ¿qué hacía un juez entre las sonrisas de algunas diablesas? Santos, sabios y cristianos nos sitúa cerca de los santorales extravagantes (algunos ciertos, recordemos la Tebaida) como Bestiario fantástico viene a ser el apartado más peculiar como en “Gérard de Nerval y el monstruo Zmb”. Recordemos que Perucho fue uno de los primeros en hablar en España de Lovecraft. Botánica oculta
parece más cerca de las boticas y alquimistas de Cunqueiro. Cuentos mínimos y autobiográficos acaso podría haberse unido con Memorias y recuerdos, donde –otra vez- también aparece lo imaginario. Tal vez no en “Mi juventud perdida” pero desde luego algo en “Las novelas y los elfos” que lo define. Cierran la selección Viajes: lo cercano y lo lejano (todo más real con alta mirada) y Teoría de Cataluña y misterios de Barcelona, que marcando peculiaridades sueña con los rincones (en todo sentido) góticos. Gran Perucho: escritor delicado, sencillo, peculiar y culto maravilloso. Hay que recordarlo.
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