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Decadencias

MUJERES SURREALISTAS

Con estupor, recuerdo cuando cierto día en el Colegio de México, le dijeron a Octavio Paz (ya premio Nobel) que iba a llegar Leonora Carrington. Era una broma, pero Octavio se aterrorizó y pidió salir por la puerta de atrás… Y habían sido amigos. En el prólogo que hace Elena Poniatowska a la edición del libro de Leonora, “Memorias de Abajo” (Alpha Decay) asegura que Leonora Carrington (1917-2011), una chica bien británica, tentada por el surrealismo y por Max Ernst -con quien vivió en un pueblo francés hasta la llegada de los nazis- era el mismo surrealismo. Yo diría que ese surrealismo figurativo que coparon al menos tres grandes pintoras que ocasionalmente escribieron y que todas tuvieron algo que ver con el mundo hispánico: Leonora, Remedios Varo y Leonor Fini.  Figuración de sueños esteticistas, quimeristas, ocultistas y ocasionalmente perturbados. “Memorias de Abajo” es el relato lúcido del paso de Carrington por una clínica psiquiátrica de Santander (con el consentimiento de su padre) camino de Lisboa y de México. Relato psicótico de una perturbada razonadora, algo de ese clima signa los cuadros de nuestra dama, que vivió y murió en México.  Fue en 1941 y creía que la guerra era una conjura contra ella… Por eso un título como “Dos niños amenazados por un ruiseñor”. De muy joven adoré al belga Paul Delvaux (1897-1994), uno de los grandes de la figuración surrealista, llena de mujeres enigmáticas como Leonor Fini (1907-1996) argentina de nacimiento pero que pasó casi toda su vida en Europa: Trieste y París. Fini es como la Maga de la cortazariana “Rayuela”, la mujer exquisita que se evade y se coquetea lésbicamente. Los cuadros de Leonor (que encantaban a Genet) abundan en onirismos raros y deliciosas muchachitas o princesitas púberes. Cerca y muy lejos de Balthus, que creía en la inocencia de lo que se llama “perversión”.

La otra dama del trío era española, aunque terminó nacionalizándose mexicana, cuando huye también del París nazi en 1941 con Bejamin Péret para llegar a ese México surrealista por excelencia: Remedios Varo (1908-1963) fue una de las primeras mujeres que estudió en la Academia de Bellas Artes de San Fernando, pero como Dalí, también huyó de lo que era tan académico, para gente tan libre. Varo es la pintora más sólida de nuestra tríada. La de pincel más rotundo dentro de un mundo de fantasías y príncipes quetzales, que no se ha relacionado aún con las otras. Pintoras literarias, lejos de los moldes ricos y repetidos de Miró: Reinas de mundos de muchos anillos, nítido en “Memorias de Abajo”. Lucidez en el desequilibrio. Unicornios, doncellas canoras y el terror como dulzura…

 


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