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MEMORIA DE RAMIRO DE MAEZTU

La figura de uno de los iniciales protagonistas de la “crisis del 98” (con Azorín y Baroja) y uno de los que escribió artículos más críticos y duros sobre la decadencia de España, tras el desastre colonial y la situación de abulia, acedia y atraso en que quedó nuestro país, tras un horrible siglo XIX, harto de malos gobiernos y continuas crisis, se enfoca aún mal porque los franquistas lo usaron (no sé si el reverso de Lorca) como uno de los mártires de lo que llamaron Cruzada. Hablo del vitoriano Ramiro de Maeztu ( 1874-1936) cuyo primer libro  -una buena recopilación de artículos- acabo de releer, “Hacia otra España” de 1899. Hay en él tristemente muchas cosas que aún nos suenan como irresueltas, pese a que tanto haya mudado todo. Hijo de un vasco-navarro que tenía negocios en Cuba (aún colonia) y de una inglesa, Juana Whitney, hija de un diplomático británico en Francia, tuvo varios hermanos, dos de ellos notorios, la pedagoga María de Maeztu y el también escritor, pero mucho más conocido como pintor, Gustavo de Maeztu. Ramiro trabajó en París y en La Habana, antes de volver a España en pleno desastre noventayochista. Fue primero un hombre de pensamiento liberal y muy europeista, durante sus años en Londres como corresponsal, al filo de la 1ª Guerra Mundial.  Se casa con una inglesa (Mabel Hill, su hijo nace en Londres) y publica un libro en inglés, “Authority, liberty and function at the light of the war” -1916- que retocado sería en español “La crisis del humanismo”.  Buen escritor, miembro desde 1935 de la Academia Española de la Lengua, interesado en la poesía y en los clásicos , de los que hace lecturas ideológicas, como en “Don Quijote, don Juan y la Celestina” (1926). Gran escritor, polemista muy notable, Maeztu fue embajador de España en Argentina a fines de los años 20 -allí se hace amigo del gran Leopoldo Lugones, de evolución cercana a la de nuestro hombre- y va girando hacia la política y formas que hoy llamaríamos neoconservadoras.  Su final viene marcado por el libro  “Defensa de la Hispanidad” (1934), donde dentro de ese conservadurismo humanista Maeztu propone una “sociedad hispánica de naciones”. En España aboga por una Monarquía ilustrada -ya en los días republicanos- y es diputado por Guipozcoa del partido Renovación Española. Al estallar la Guerra Civil (malhadada para todos, unos y otros) Maeztu se refugia en Madrid en casa de un amigo donde lo detienen los anarquistas el 30 de julio. El 29 de octubre, en una de aquellas terribles “sacas” en la prisión de Las Ventas, donde estaba detenido, lo fusilan en Alcobendas sin más… Que el franquismo usara para su causa a Ramiro de Maeztu ha hecho que conozcamos mucho peor a este pensador y noventayochista muy notable. Es fama que sus últimas palabras antes del fusilamiento fueron : “Yo sí sé porqué muero: porque vuestros hijos sean mejores que vosotros”.  Maeztu, sí. Nuestra guerra estuvo llena de barbaridades por todos lados, y al fin la buena República (Azaña lo supo bien) perdió dentro de su propio bando… Releer al primer Maeztu  (“Hacia otra España”) porque hoy nos habla todavía, de otro modo, pero cerca.


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